La Ruta del Tejido se encuentra en la peatonal Los Faroles, frente a La Casa del Turista. La marca lleva el nombre de su antigua ubicación, la cual se encontraba sobre la ruta 307, a la altura del Complejo Democracia. Al ingresar al local actual se puede sentir la calidez visual, con su piso de madera, los tejidos en colores pasteles y los productos con una misma línea en estilo y calidad. Allí Fiorina Gatti, presidenta de la cooperativa del mismo nombre, mientras teje un almohadón comienza a contar como inició este hermoso emprendimiento.
Todo inició con sueños y crisis, nos ubicamos hace 20 años, en el año 2001, en ese entonces comenzaron a reunirse varias artesanas locales, unidas por el sentimiento de que había que hacer algo y con la necesidad de que un grupo de mujeres puedan solventarse económicamente. Al inicio se conformó más por mujeres que por hombres.
El problema inicial que detectamos fue que había una pérdida de la técnica, en algún punto se sabía del tejido en telar, pero estaba debilitada. El conocimiento que se transmite de generación en generación iba desapareciendo, mucha gente había abandonado el oficio, otras se habían ido del Valle. Fue ahí cuando una organización llamada El Ceibal comenzó a brindarles capacitaciones. Así dio inicio un proyecto asociativo entre artesanas de Tafí del Valle y de Santiago del Estero; las santiagueñas les ayudaron a mejorar en técnica y calidad.
Las artesanas tafinistas estaban interesadas en vivir del trabajo que nacía, pero había muchas dificultades para conseguir fibra: la lana se tiraba en el cerro y cada vez había menos hilanderas. Se vivía una situación muy compleja en relación a la artesanía textil.
Hoy por hoy la cooperativa se ocupa de esa logística, la materia prima se consigue con hilanderos de Tafí del Valle, de Amaicha del Valle, de la zona del Infiernillo y de Santa María, así se garantiza que tengan la misma calidad los productos.
A partir del año 2004, cuenta orgullosa Fiorina, se logró poner un local propio a través de un proyecto. Sobre la ruta 307 surgió La Ruta del Tejido como un espacio de uso común. En el nuevo espacio se reunían todas las semanas para trabajar en capacitaciones de mejora de oficio, para hacer acuerdos y diseñar el modo en que iban a trabajar en el futuro.
Las siguientes dificultades comenzaron cuando algunas chicas no tenían para comprar lana. En temporada baja era el tiempo propicio para tejer y juntar cierta cantidad de productos, para después vender en la temporada alta. Entonces hicieron un banco de lana con unas primeras y pequeñas inversiones: lana de a 5 kg y de a 10 kg. Una vez vendido el producto se pagaba la lana al local, así se convirtieron en garantes de la propia producción. Desde entonces todas tienen acceso al depósito de lana: “La Ruta” compra la lana y todas las compañeras tienen disponible la materia prima. Garantizando que todas tengan igualdad de oportunidades para producir.
El mayor logro, continúa Fiorina, era sostenerse, muchas organizaciones empiezan, se pelean, se desgastan. Ellas construyeron una forma de hacer en donde todas podían opinar.
Para sostenerse entendieron que la atención al público, que era una tarea a la que no estaban acostumbradas y que en general les costaba ya que eran muy tímidas, era indispensable. Debían tener todas tengan contacto con el público, porque es ahí donde aprenden qué les gusta, qué pueden criticar y cómo ven la calidad de los productos.
Hoy la cooperativa está integrada por dieciocho familias. Fiorina recuerda todo como un proceso largo, y hermoso, de aprendizaje conjunto y colectivo, de tejedoras y tejedores.
Aunque en ese momento parecía una utopía decir que querían construir algo que pueda servir para el trabajo de sus hijos a futuro.
Hoy esa utopía se hizo una verdad, se concretó ese sueño que alienta a seguir día a día a las tejedoras, ya que se han ido incorporando con los años sus hijos y hermanos.
La organización es lo que les permite aumentar el volumen de producción y sostener una calidad. Además, tienen otras estrategias que son de control de calidad.
Mientras ríe cuenta que son muy exigentes con ellas mismas y eso hace que la mejora sea constante.
Autoría del contenido y las fotografías |
Mariana Piñeiro @mariana.pineiro |